Durante estos días surgió un pequeño diálogo con seguidores de Instagram acerca del material que da vida a las lámparas Traum: la chapa de madera natural. Primero, porque es atípico en luminarias. Segundo, tiene muchísimas particularidades por descubrir, tantas que el formato de historias nos queda chico para conversarlas.

Por eso me tomé un ratito de este viernes para escribirles por acá todo lo que quería terminar de contarles por estos días. Pónganse cómodos que se viene una lectura relajada de fin de semana.

1. De tal árbol, tal madera.

En el mundo existen 60.065 especies registradas de árboles. Mientras algunos científicos buscan nuevos planetas habitables, ¡otros siguen descubriendo más flora y fauna en nuestro planeta! Como si fueran pocos, el número de árboles conocidos va en aumento y se registran en el portal Global Tree Search

Cada árbol tiene un tipo de madera con sus particularidades. El color, la dureza, la porosidad, las manchas y las vetas tan sólo son algunas de las características que hacen de la elección de la madera una tarea sumamente compleja.

Una chapa de madera puede tener la virtud de ser muy resistente pero al mismo tiempo tener manchas por su naturaleza. Esto no queda lindo para una lámpara. Por eso es necesario explorar, seleccionar y probar todas las alternativas posibles.

En mi caso me tomó nada más ni nada menos que dos años hasta encontrar una chapa suave, delgada, de porosidad intermedia y con vetas interesantes.

2. Las lámparas no crecen de los árboles, la chapa que usamos sí.

La tala de árboles es necesaria para obtener el material principal de las lámparas. Bien sabemos que al mismo tiempo es una actividad que, realizada en forma indiscriminada, ocasiona un impacto directo al medio ambiente. 

Creo que hoy en día estamos en camino hacia una plena conciencia del cuidado del mismo y espero que la responsabilidad sea tanto social como empresarial y gubernamental.

¿De qué manera hacemos sostenible nuestra actividad? Cuando elegimos la especie de árbol con la cual trabajar, consideramos no solo sus características sino también que esté admitida por la Ley de Bosques. Esta tiene vigencia desde 2007 en Argentina y regula la actividad forestal para el cuidado y conservación de los bosques.

Nuestro proveedor se encuentra en la provincia de Misiones y en el marco de la ley recibe el seguimiento gubernamental para que realice su actividad en forma sostenible con prácticas como la reforestación.

Existe un reconocido organismo internacional llamado FSC que monitorea y certifica la tala sostenible de árboles. Si bien en la actualidad no existen proveedores de chapa de madera certificado por este organismo, esperamos en un futuro cercano contar con la posibilidad de portar el sello en nombre del cuidado medioambiental.

3. Adquirir la chapa de madera tan solo es el primer paso.

La historia empieza con un árbol sumergido 10 días en aguas con sales. Al ablandarse se lo corta en chapas de distinto espesor. Nosotros pedimos las de 6 micras. ¡Eso equivale a 0.6 milímetros!

Luego de tantos días, números y un largo recorrido en camión, finalmente las recibimos en el taller y nos ponemos manos a la obra. Aunque la chapa que pedimos es la de primera, algunas vienen igualmente con manchas o pequeños defectos. Por eso las clasificamos para disponer de aquellas que estén en perfectas condiciones.

4. La chapa hace a cada lámpara única e irrepetible.

Cada chapa de madera tiene sus propias vetas. Estas son dibujos sobre la madera que siguen un patrón determinado por la naturaleza, o mejor dicho, por el ADN del árbol y sus condiciones ambientales. ¿Por qué esto último? Es posible hacer un corte transversal de un árbol y a través de sus vetas conocer el clima acontecido en los últimos años.

Cuando adquirimos e inspeccionamos las chapas de madera, estas quedan clasificadas según cada partida. Y en cada partida existe una similitud en las vetas.

En la medida que cada cliente nos encarga una lámpara, tomamos las chapas de una misma partida. El resultado es un producto coherente en cuanto a las vetas y al mismo tiempo único e irrepetible.

5. La chapa de madera no fue pensada originalmente para hacer lámparas.

En sus comienzos fue ignorada en la sombra de la madera maciza, pero con el tiempo fue ganando popularidad para el enchapado de muebles, fabricación de puertas, cocinas, tableros, parquets y nuevas aplicaciones con la innovación en la técnica del multilaminado.

Un problema conocido del material es su fragilidad y fácil resecamiento, lo cual dificulta en el caso de las lámparas que sean durables y de calidad. Afortunadamente encontramos el método para lograrlo y es un tema sumamente interesante que les voy a contar en un próximo post.